En la Argentina hay alrededor de diez millones de chicos y chicas que comen menos carnes y lácteos que el año pasado, por falta de recursos en sus familias. Más de un millón de esos niños, niñas y adolescentes se saltean al menos una de las comidas diarias.
Los datos surgen de la octava encuesta a hogares con infancias realizada por Unicef desde 2020. Es una medición de alcance nacional, en el marco de una serie ininterrumpida presentada a autoridades nacionales, provinciales y locales.
Esos datos muestran el drástico impacto que las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei están teniendo sobre chicas y chicos en el país, agravando fuertemente una situación que ya antes incluía índices preocupantes.
En un 52% de los casos los hogares tuvieron que dejar de comprar algún alimento por falta de dinero, 11 puntos más que en 2023 y el valor más alto de toda la serie, advierte el informe de Unicef. Esto implica que en 3,3 millones de hogares en donde viven casi 7 millones de chicas y chicos se compra menos comida que el año pasado.
El 76% de las y los encuestados dijo que come menos carne (en 2023, el porcentaje era del 64%) y el 57%, menos lácteos.
En las familias también se redujo el consumo de verduras y frutas (58%), y sólo aumentó la ingesta de fideos y harinas (24%). Al mismo tiempo, tres de cada diez familias tuvieron que recurrir a algún préstamo o fiado para comprar comida.
“Frente a la insuficiencia de ingresos, las familias se endeudan, dejan de comprar alimentos nutritivos o medicamentos, lo cual empeora significativamente la calidad de vida de sus integrantes”, alertó Luisa Brumana, Representante de UNICEF Argentina.