El Gobierno nacional intensificó las gestiones diplomáticas para lograr la liberación de Nahuel Gallo, el gendarme argentino detenido en Venezuela desde el 8 de diciembre. Aunque la administración de Javier Milei no mantiene relaciones bilaterales con el régimen de Nicolás Maduro, la estrategia se sostiene a través de canales indirectos y con el respaldo de países aliados como Estados Unidos, Israel e Italia.
Según fuentes oficiales, los servicios de inteligencia de estos tres países —la CIA, el Mossad y la AISE— proporcionaron información clave que permitió ubicar a Gallo en “El Helicoide”, el centro de detención del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) en Caracas. Los informes aseguran que el gendarme se encuentra con vida y en condiciones físicas aceptables.
El conflicto diplomático entre Buenos Aires y Caracas, agravado luego de que Milei desconociera los resultados de las últimas elecciones venezolanas, limita las vías de negociación directa. Sin embargo, desde la Casa Rosada ratifican que continuarán las gestiones por vías alternativas, con especial apoyo de Estados Unidos.
El único registro visual del detenido se conoció el 3 de enero, cuando se difundió una imagen suya dentro de un penal. No obstante, el Gobierno argentino descartó la veracidad de esa prueba, al considerarla una “puesta en escena” carente de credibilidad.
Gallo, oriundo de Catamarca, fue arrestado en la ciudad venezolana de Táchira, acusado de participar en un supuesto complot contra la vicepresidenta Delcy Rodríguez. Su situación cobró nueva relevancia tras la reciente liberación de cinco opositores venezolanos que se encontraban refugiados en la embajada argentina en Caracas, en una negociación donde intervino directamente el gobierno de Estados Unidos. Ese antecedente refuerza las expectativas de avanzar en la resolución del caso del gendarme argentino.