A casi cuatro meses del violento episodio en el que el fotógrafo Pablo Grillo resultó gravemente herido durante una represión a una protesta de jubilados en la Ciudad de Buenos Aires, Gendarmería Nacional dio por concluido su sumario interno sin sancionar al efectivo involucrado.
El informe administrativo, elaborado por la propia fuerza, calificó lo ocurrido como un “evento fortuito” y responsabilizó a la víctima por haberse ubicado “en la línea de tiro”. El cabo Héctor Guerrero, señalado por disparar la cápsula de gas lacrimógeno que impactó en el rostro de Grillo, continúa prestando servicio activo.
La resolución fue duramente cuestionada por organismos de derechos humanos y por la familia del reportero gráfico. Claudia Cesaroni, abogada de la familia Grillo y representante de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, consideró que el informe “es falaz y busca encubrir a los responsables”.
“Desde marzo venimos reclamando la indagatoria de Guerrero. Ya existen elementos suficientes para avanzar en la causa”, afirmó en declaraciones a Noticias Argentinas.
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) también expresó su preocupación por la falta de avances en la investigación judicial y señaló que el cierre del expediente interno de Gendarmería “refuerza la lógica de impunidad que impera dentro de las fuerzas de seguridad”.
Según Cesaroni, “en el 90% de los casos en los que las fuerzas se investigan a sí mismas, el resultado es el encubrimiento”. La causa penal continúa en el fuero federal, donde aún se espera una definición sobre la imputación del gendarme implicado.