La jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero, quien disparó un cartucho de gas lacrimógeno que impactó en la cabeza del fotógrafo Pablo Grillo durante la manifestación en defensa de los jubilados frente al Congreso Nacional, el pasado 12 de marzo.
El efectivo fue procesado sin prisión preventiva, por lo que no quedará detenido, y se ordenó un embargo de 203 millones de pesos sobre sus bienes. Además, deberá participar de una audiencia virtual el próximo jueves.
Según la resolución judicial, Guerrero no solo efectuó el disparo que hirió a Grillo, sino también otros cinco tiros de manera prohibida. La decisión se basó en registros fílmicos de cámaras de seguridad, drones y transmisiones televisivas, así como en peritajes balísticos y el historial médico del fotógrafo, que detalla las graves lesiones craneales y las cirugías que debió atravesar.
Un informe pericial determinó que el gendarme disparó “de forma antirreglamentaria, en línea recta y a nivel horizontal”, lo que contraviene los protocolos que exigen hacerlo con un ángulo de 45 grados hacia arriba para evitar daños graves.
La causa se enmarca en una investigación más amplia sobre el accionar de las fuerzas de seguridad durante manifestaciones y la protección de trabajadores de prensa.