La familia de Facundo Astudillo Castro pidió nuevamente que la jueza federal María Gabriela Marrón sea apartada de la causa que investiga la desaparición forzada seguida de muerte del joven de 22 años. Es por una serie de irregularidades que para los abogados de la madre del joven, Cristina Castro, explican una “protección corporativa” de las fuerzas de seguridad implicadas en el caso.
A más de seis meses de la desaparición del joven de Pedro Luro y a pesar de las contundentes pruebas presentadas que apuntan a varios integrantes de la policía bonaerense, todavía no hay un solo detenido en la causa.
“Su conducta obstruye la instrucción, avasalla las funciones principales del Ministerio Público Fiscal, instaura sospechas en el accionar de la víctima, manipula elementos de prueba dándole un sentido diferente al que consta en el expediente, demora y desestima medidas esenciales para esta investigación sin una argumentación jurídica fuerte y protege a las fuerzas de seguridad», señalan los abogados de la familia en el escrito de recusación de la jueza federal María Gabriela Marrón.
El pedido fue respaldado por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que hoy oficia como querella institucional en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura.
Según consta en el escrito presentado por los abogados Luciano Peretto y Leandro Aparicio, acusan a la jueza Marrón de un “sinnúmero de inconsistencias y absurdos”, tales como “sentar su propia postura personal” y “desconocer elementos incorporados a la causa”, algunos fundamentales como la aparición de un amuleto que llevaba Facundo a la hora de desaparecer, dentro de un galpón de la comisaría de Teniente Origone.
Pero también hay otras pruebas determinantes, que la jueza Marrón dejó a un costado y no diseñó medidas para avanzar con la causa: un móvil de la policía local de Bahía Blanca se ubicó a 800 metros del lugar donde finalmente se encontró el cuerpo del joven, una semana después de su desaparición.
También, la magistrada se negó a allanar el puesto de vigilancia de Teniente Origone, donde se encontró el amuleto y el secuestro de unos 50 teléfonos celulares de policías vinculados con los agentes que tuvieron contacto con Facundo el día de su desaparición.