Tras números récord en 2022 en el que se superaron el millón de asistentes, La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires llega al cierre de esta edición con expectativas de igualar ventas con relación al año pasado y con un balance coincidente entre los que estuvieron en los stands estas semanas: las Jornadas Profesionales previas a la apertura al público general fueron un éxito y aunque este año hubo menos visitantes, se registró un mayor volumen de ventas.
Con la ansiedad de recibir a los visitantes que acaban de llegar a la Rural en el último fin de semana del evento que comenzó el 27 de abril editores y libreros tienen visiones diferentes sobre el desarrollo de estos días pero hay datos que se repiten en las charlas como que en los días previos a la inauguración general, las ventas a profesionales fueron abordadas por representantes del mundo editorial de Chile, Perú, Brasil y Uruguay.
Las compras de estas editoriales y librerías latinoamericanas generaron expectativas por el inicio de la Feria entre el público en general, pero sabiendo que la comparación con lo ocurrido en 2022 es complicada porque fue un récord de asistencia que muchos atribuyen a la expectativa de volver al tráfico. por los pasillos del tradicional evento que por la pandemia había sido suspendido por dos años.
La Feria siempre tarda en arrancar, ya que comienza a finales de abril pero sólo el segundo fin de semana, ya en los primeros días de mayo, suele ser el más fuerte en presencia y ventas. Sin embargo, esta vez, el sábado 29, cuando tuvo lugar la Noche de Feria -con entrada gratuita a partir de las 20 horas- y el domingo 30 de abril, ya mostraron una buena presencia de público y una tendencia: menos gente paseando. pero más comprando.