Trabajadores de la Guardia Urbana de la Ciudad de Buenos Aires, pertenecientes a la Dirección de Coordinación Operativa del Cuerpo de Agentes de Prevención —dependiente del Ministerio de Seguridad porteño—, denuncian una grave situación de precarización laboral, maltratos y persecución. Según informaron, la mayoría de los agentes presta servicios como monotributistas y están sometidos a controles excesivos, incluso fuera de su horario laboral.
Las denuncias apuntan a una serie de prácticas irregulares y hostiles por parte de las autoridades, entre ellas, la solicitud de múltiples requisitos para justificar licencias por enfermedad y un seguimiento constante de la vida privada de los trabajadores. “Nos persiguen también cuando estamos de franco”, señalan desde el sector.
Aunque la situación fue expuesta públicamente en 2023, cuando se reveló que alrededor del 90% del personal facturaba como autónomo, los trabajadores afirman que el escenario se agravó con la llegada de Jorge Macri al Gobierno de la Ciudad. Actualmente, aseguran que el 99% del personal se encuentra bajo régimen de monotributo, sin acceso a derechos laborales básicos como vacaciones pagas, licencias por enfermedad o cobertura ante accidentes de trabajo.
El caso de la Guardia Urbana no es aislado. En distintas áreas sensibles de la administración porteña —como salud y educación— se repiten las denuncias de precarización y persecución. Para muchos, se trata de una política sostenida en el tiempo que apunta a debilitar los derechos de los trabajadores estatales en la Ciudad.
“El temor a represalias es constante. El Estado, que debería garantizar derechos, se convirtió en el principal generador de miedo”, denuncian los agentes.