Según un relevamiento anual realizado por Greenpeace, durante el año 2024 se perdieron 149.649 hectáreas de bosques en las provincias de Santiago del Estero, Chaco, Formosa y Salta. Esta cifra representa un aumento del 10% en la deforestación con respecto al año anterior, lo que enciende las alarmas sobre el impacto ambiental de esta problemática.
Desde la organización ambientalista señalaron que las multas impuestas no han sido suficientes para frenar los desmontes ilegales y los incendios forestales, y denunciaron que en muchos casos los responsables no son obligados a reforestar. “Es evidente que las sanciones no disuaden estas prácticas destructivas, y la complicidad de funcionarios facilita la impunidad”, advirtieron.
La deforestación no solo afecta la biodiversidad y el equilibrio ecológico, sino que también agrava problemas como el cambio climático, las inundaciones, la desertificación, el desplazamiento de comunidades campesinas e indígenas y la desaparición de especies en peligro de extinción. Además, se advierte sobre el aumento de enfermedades vinculadas a la degradación ambiental.
El informe de Greenpeace se da en un contexto de preocupación por el negacionismo climático del gobierno de Javier Milei, el congelamiento del presupuesto destinado a cuestiones ambientales a nivel nacional y la flexibilización de normativas provinciales en distritos como Chaco y Salta. Estos factores generan inquietud sobre un posible agravamiento de la situación en los próximos años.