El incendio en República de Cromañón marcó un antes y un después en la historia de la música en vivo y la seguridad en eventos masivos en Argentina. La tragedia no solo dejó 194 víctimas fatales y cientos de heridos, sino que también expuso una serie de irregularidades, negligencias y falta de controles que permitieron que sucediera.
El homenaje de la comunidad de González Catán a través de murales es una muestra de cómo el arte puede convertirse en un medio para mantener viva la memoria colectiva y exigir justicia. Frases como “Nunca más otro Cromañón” encapsulan el clamor de miles de personas para que tragedias similares no se repitan, mientras que recordar los nombres de las víctimas es un acto de resistencia contra el olvido.