El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Monseñor Oscar Ojea, encabezaron en el Sedronar un homenaje al padre Basílico «Bachi» Britez, cura villero que falleció víctima de coronavirus hace un mes.
El funcionario, junto al referente de la Iglesia, acompañados por la secretaria de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar), Gabriela Torres, descubrieron una placa en homenaje al padre “Bachi”.
El sacerdote es recordado por su inmensa labor pastoral dedicada a los más pobres y los jóvenes más vulnerables. Falleció de COVID-19 luego de permanecer internado dos meses en la clínica porteña de San Camilo.
El papa Francisco se interiorizó por la evolución de su salud, y lo llamó en más de una oportunidad. La última llamada fue hace unos días, cuando el pontífice se comunicó con la religiosa a cargo de la clínica del barrio porteño de Caballito, la monja Catalina Osella, para conocer el estado de salud del sacerdote y manifestarle su cercanía.
El jefe de Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero, también lamentó la muerte del sacerdote y señaló por Twitter que sentía «enorme tristeza por el fallecimiento del Padre Bachi, quien luchó incansablemente por la dignidad de los y las humildes».
En 1997 Bachi fue ordenado sacerdote, y dos años después, nombrado párroco de la Iglesia de Villa Palito. Desde ese momento trabajó incansablemente por la urbanización del barrio, que logró concretar en 2005 con la ayuda del ex presidente Néstor Kirchner. Y luego estableció el Hogar del Buen Samaritano, para la recuperación de adicciones de los jóvenes más vulnerables.