El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tomó la decisión de prohibir el lenguaje inclusivo en las escuelas de todos los niveles y ya empezó a cosechar rechazos institucionales. La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) sostuvo que la medida va a contramano de “la inclusión y el respeto a todas las identidades” de género y advirtió que lxs docentes continuarán “construyendo una escuela pública e igualitaria para todes”.
La medida de la administración de Juntos por el Cambio fue dada a conocer ayer a través de una resolución firmada por la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, en línea con su política de convertir la escuela pública en uno de los ejes de la campaña conservadora de la coalición opositora.
Dispuso que la “e” o la “x” dejen de usarse en todos los contenidos que dictan les docentes, tanto en el material que se les entrega a los estudiantes y en documentos administrativos de las instituciones.
El uso masivo del lenguaje inclusivo surgió desde hace años como producto de una necesidad de que más sectores de la sociedad queden incluidos en un léxico que restringe el género de una persona en el binarismo de masculino y femenino, expresados en el uso de la “o” y la “a”.
Es por eso que la UTE advirtió que la decisión de Acuña rompe los “espacios de inclusión” construidos para “todas las identidades”. A su vez, añadió, “despliega nuevas formas de violencia hacia aquellas infancias y juventudes que no se reconocen en el masculino o el femenino como constitutivo de su identidad”.
“Lo que no se nombra no existe: negar desde el lenguaje a las infancias y adolescencias trans y no binaries constituye un ataque al derecho a la identidad de todes y cada une, y a ser en un ambiente en el que la diversidad es respetada”, añadió el comunicado del gremio liderado por Eduardo López.
El argumento de la cartera educativa de Juntos por el Cambio fue uno solo: los últimos exámenes de comprensión lectora mostraron que “hubo un retroceso de al menos cuatro años” en esa materia.