Los trabajadores de la fábrica La Nirva, conocida por la producción del alfajor Grandote –doble y triple sabor-, La Recoleta, los Copitos y los Cubanitos, están pasando un momento más que amargo, ya que no producen, no cobran y ni siquiera los dejan entrar a la fábrica.
El cambio de dueños que se produjo hace un año en plena crisis, trajo consigo el despido de 80 operarios –que aún ni cobraron su indemnización- y el cierre de todas las líneas de producción. Dejando a los 62 trabajadores que “conservan” su fuente de trabajo “parados”, llenos de incertidumbre y sin plata, ya que les adeudan dos meses de sueldo y el aguinaldo.
Esta angustiante situación llevó a los asalariados –en su mayoría mujeres sostén del hogar-, a iniciar el acampe en las puertas de la planta ubicada en Lomas del Mirador, con la ilusión de volver a trabajar y ver esas máquinas en su capacidad plena, como en aquellos días en los que producían más de un millón de golosinas diarias. Realmente genera una pena muy grande saber que esta fábrica emblemática de La Matanza y del país tiene sus persianas bajas y sus máquinas apagadas en lugar de generar trabajo y producir los alfajores que han endulzado muchísimos momentos de tantas vidas.
