La tensión salarial volvió a instalarse en los colegios privados bonaerenses ante la falta de definiciones sobre un posible aumento docente para noviembre y diciembre. La incertidumbre afecta especialmente a los más de 4.000 establecimientos subvencionados, que transitan el cierre del ciclo lectivo sin información oficial mientras crece la presión de gremios estatales y judiciales para reabrir paritarias.
Según Martín Zurita, secretario ejecutivo de Aiepa, la demora está vinculada al retraso legislativo y deja abierta la posibilidad de que el año termine sin una actualización salarial. El mayor problema recae en las escuelas subvencionadas, que ya fijaron las cuotas de fin de año sin poder incorporar un eventual incremento en diciembre, dado que el 30 de noviembre venció el plazo para notificar aranceles.
Si hubiera un aumento ahora, las instituciones deberían afrontarlo en enero sin posibilidad de recuperarlo vía cuota. Además, el escenario podría complicar el inicio del ciclo 2026: las escuelas pueden informar ajustes en febrero, pero estos recién impactan en marzo y no está claro si se habilitaría un retroactivo.
Los colegios no subvencionados tienen mayor flexibilidad, ya que no enfrentan topes y suelen enviar sus aranceles a partir de febrero. Sin embargo, la incertidumbre golpea sobre todo al sector que depende del financiamiento provincial y opera con reglas administrativas más estrictas.

