El reconocido genetista Víctor Penchaszadeh y el ex ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao, coincidieron en que la Ley Bases, que obtuvo media sanción de Diputados, “mantiene en riesgo” al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) y que su eventual disolución, fusión o transferencia a las provincias traería “consecuencias irreparables” para las víctimas de apropiación ilegal durante la última dictadura que buscan recuperar sus identidades.
Es que el artículo 3 de esta iniciativa del oficialismo faculta al Poder Ejecutivo a “la modificación o eliminación de las competencias, funciones o responsabilidades” de organismos públicos; así como su “reorganización, modificación o transformación de su estructura jurídica, centralización, fusión, escisión, disolución total o parcial, o transferencia a las provincias o a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
El mismo apartado enumera las únicas excepciones: el Conicet, ANLIS-Malbrán, la ANMAT, el INPI, el INCAA, el ENACOM, la ARN, la CONAE, la CNA, la CONEAU, la CNV, el INCUCAI, la UIF y el INTA.
Entre las sonoras ausencias, está el BNDG lo que generó alarma en los organismos de derechos humanos y motivó el pronunciamiento del Comité Nacional de la UCR, que reclamó públicamente a las diputadas y diputados que “garanticen la preservación” del Banco, a lo que el vocero presidencial respondió asegurando que éste “seguirá funcionando como lo viene haciendo hasta ahora” porque “no está en los planes del Gobierno tomar ninguna medida ni ninguna modificación”.