La morosidad de los hogares volvió a encender alertas en el sistema financiero. En octubre de 2025, el incumplimiento en el pago de créditos a las familias alcanzó el 7,8%, el nivel más alto desde que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) comenzó a relevar estos datos, en 2010.
El informe oficial muestra doce meses consecutivos de aumento en la irregularidad crediticia y una suba interanual de 5,5 puntos porcentuales. El deterioro fue más marcado en los préstamos personales y en las tarjetas de crédito, donde la mora llegó al 9,9% y al 7,7%, respectivamente.
En contraste, los créditos prendarios subieron de manera más moderada, hasta el 4,8%, mientras que los hipotecarios se mantuvieron estables, en torno al 1%, favorecidos por la mayor presencia de garantías.
Las altas tasas de interés aparecen como uno de los principales factores detrás del fenómeno. Durante el período analizado, la tasa nominal anual de los préstamos personales promedió el 83%. Tras las elecciones legislativas bajó al 66,5%, aunque sigue en niveles elevados frente a la inflación esperada.
A esto se suma el estancamiento del salario real y una mayor expansión del crédito. El economista Roberto Arias señaló que la duplicación del financiamiento al sector privado en términos reales modificó el perfil de los tomadores y elevó el riesgo de incumplimiento.
En el segmento empresarial, la morosidad también aumentó, aunque en niveles más bajos: pasó del 0,7% al 1,9% en el último año. En conjunto, el ratio de irregularidad del sistema financiero llegó al 4,5%, el valor más alto desde noviembre de 2021.
Pese al deterioro, el BCRA aseguró que el sistema financiero cuenta con previsiones suficientes para cubrir eventuales pérdidas y afrontar un escenario de mayor estrés crediticio.
