El Gobierno nacional aprobó una nueva Política de Inteligencia Nacional que prioriza la ciberseguridad, la cuestión Malvinas, el terrorismo y el crimen organizado. La decisión se oficializó mediante el Decreto 864, publicado en el Boletín Oficial, junto con un documento de 34 páginas que marca los lineamientos que regirán el trabajo de los organismos de inteligencia en los próximos años.
La medida llega tras la salida de Sergio Neiffert de la conducción del organismo y la designación de Cristian Auguadra como nuevo titular. Según el Ejecutivo, se trata de la primera definición de este tipo en más de dos décadas.
El decreto también instruye a la SIDE a elaborar una nueva Estrategia de Inteligencia Nacional, destinada a adecuar el sistema al contexto actual y fortalecer las capacidades humanas y tecnológicas.
En su diagnóstico, el Gobierno advierte un deterioro de más de 30 años en el Sistema de Inteligencia Nacional, que —señala— debilitó las instituciones y dejó al país vulnerable frente a riesgos y amenazas. En ese marco, menciona los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, así como la muerte del fiscal Alberto Nisman.
El documento recuerda además las sucesivas intervenciones y reestructuraciones del área. Tras su reconversión en AFI en 2015, este año la gestión actual volvió a la histórica denominación SIDE, ahora bajo una estructura reorganizada en distintos departamentos.



