El estado de los cursos de agua en territorio bonaerense vuelve a generar alarma. En los últimos días, el Consejo Profesional de Química de la Provincia de Buenos Aires alertó sobre la grave contaminación que afecta a ríos, arroyos y afluentes que desembocan en el Río de La Plata, y solicitó al Ministerio de Ambiente una acción urgente para reforzar los controles y fiscalizaciones.
Según el organismo, las principales fuentes de contaminación provienen de actividades industriales, agropecuarias y del deficiente tratamiento de residuos cloacales. En un comunicado, el Consejo expresó su “profunda preocupación” por el incumplimiento de los protocolos ambientales y advirtió que esta situación está teniendo un fuerte impacto sobre el ecosistema y la salud de la población.
“Las irregularidades detectadas vulneran cotidianamente el derecho a un ambiente sano”, señalaron desde la entidad, que insistió en la necesidad de aplicar sanciones efectivas y fortalecer la vigilancia sobre las empresas responsables.
Entre los casos más preocupantes mencionados se encuentran la presencia de metales pesados y productos fitosanitarios en el Río de La Plata; el caso del arroyo Sarandí, que en una ocasión se tiñó de rojo por un vertido químico; una extensa mancha de aguas servidas en el puerto de San Pedro; y el vuelco de desechos cloacales sin tratamiento en la ciudad de Berisso, atribuida a la empresa ABSA.