Se cumplieron ya nueve años de la sanción de la Ley de Identidad de Género (26.743), y desde ese momento, un total de 9.383 personas obtuvieron un DNI conforme al género autopercibido y actualmente casi 20 de cada 100.00 habitantes tienen su documento rectificado, según datos actualizados suministrados por el Registro Nacional de las Personas.
Además, el 70% de quienes realizaron el cambio registral entre mayo del 2012 y abril del 2021 optaron por la categoría «mujer» y seis de cada 10 personas trans que hicieron este trámite residen en las provincias de mayor densidad demográfica (Buenos Aires, CABA, Santa Fe y Córdoba).
Por otro lado, el 3,5% son extranjeras, grupo este último que vio mejorado el acceso a este derecho desde enero pasado con la resolución conjunta de la Dirección Nacional del Registro Nacional de las Personas y Dirección Nacional de Migraciones (1/2020) que en enero de este año modificó una disposición de 2012 para facilitar el trámite.
La presidenta de la Federación LGBT+, Flavia Massenzio, destacó que se trata de «una ley de vanguardia en el mundo» que funcionó como «la llave de acceso a un montón de derechos de la población trans», pero cuya vigencia aún no permitió revertir «la baja expectativa de vida y ése sigue siendo un eje rector para trabajar».
«La ley de identidad de Género nos sirve como tutor para poder llevar la voz a todos los espacios y concientizar, porque nos legitima como sujetas de derechos», dijo a Télam Bianca Méndez, de la Organización Siete Colores Diversidad.