La pandemia del Coronavirus y el aislamiento para combatirla puso patas para arriba el mundo y la religiosidad no es ajena a eso. Éste año, la peregrinación a San Cayetano fue virtual, la Iglesia pidió a sus fieles que sigan la misa por redes sociales, las organizaciones sociales no realizaron su marcha tradicional y el cardenal Poli realizó un acto por teleconferencia.
Las autoridades religiosas decidieron evitar las aglomeraciones en el santuario de Liniers, la misa se celebró a puertas cerradas y transmitida por canales digitales. Los movimientos populares adhirieron mediante una jornada nacional, también virtual.
«No vamos a poder ir a los templos, van a estar cerrados», dijo Poli en un video dirigido a los fieles donde dijo que «no podemos tener mucha aglomeración de gente». Sin embargo invitó a los católicos a que «recen desde sus casas, que prendan una vela a San Cayetano, que tienen en sus altarcitos», porque «Dios sabe escuchar la oración de los devotos donde se encuentren».
En su mensaje el cardenal Poli reconoció que «estamos en un tiempo muy difícil, muy apretados también, con mucha angustia» y que por lo tanto «el tema del trabajo es una preocupación de todos los padres de familia». Sin embargo, agregó, «a los que buscan a Dios a través de sus santos, Dios nunca los suelta de su mano”.