Un nuevo informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló que el estrés económico afectó a más del 50% de los hogares al cierre de 2024, la cifra más alta desde la pospandemia de 2021.
El informe, titulado “Estrés económico: cambios y continuidades de la evolución histórica (2010-2024) y el período reciente (2022-2024)”, advierte sobre una creciente vulnerabilidad que trasciende los niveles tradicionales de pobreza. Entre las causas que agravan la situación se destacan la aceleración inflacionaria, la pérdida del poder adquisitivo y la dificultad de muchas familias para cubrir consumos esenciales o generar ahorro.
“El sentido común del ‘no me alcanza’ muestra una visión más realista de la pobreza, aunque sea un dato subjetivo”, señaló Agustín Salvia, coordinador del ODSA, al destacar el valor del indicador como una herramienta complementaria a las estadísticas oficiales.
A diferencia del enfoque clásico de pobreza multidimensional, el concepto de estrés económico se basa en la percepción que tienen los hogares sobre su situación financiera. Evalúa si logran cubrir sus necesidades básicas, mantener su nivel de vida y ahorrar.
Mientras que los últimos datos del INDEC indican que la pobreza fue del 38,1% y la indigencia del 8,2% en 2024, el informe de la UCA evidencia un malestar más amplio: uno de cada dos hogares experimenta algún grado de estrés económico, un dato que pone en evidencia el impacto de la crisis sobre amplios sectores de la sociedad.