El aumento del precio de la carne en Argentina, ha tenido un impacto notable en el consumo y en los hábitos de compra de los consumidores. Con cortes de carne que superan los $10.000 por kilo, como el asado y el vacío, muchas personas se ven forzadas a ajustar sus presupuestos o incluso a buscar ofertas, como lo mencionó el carnicero del barrio de Chacarita. La caída del consumo de carne en febrero, que se redujo un 9,8%, refleja cómo estos incrementos afectan las decisiones de compra.
En términos de precios, el aumento del 10% en los cortes responde a una suba cercana al 7% en el precio de la hacienda, lo que claramente se traslada al precio final en el mostrador. Los precios sorprendentes de los cortes, como la entraña a $19.500 y el matambre a $9.000, ponen en evidencia el difícil contexto económico que enfrentan tanto los consumidores como los comerciantes.
Este tipo de situaciones genera una paradoja: por un lado, la carne sigue siendo uno de los alimentos más deseados en la cultura argentina, pero por otro, los precios están haciendo que muchos se vean obligados a replantearse sus hábitos alimenticios.